El vertido incontrolado, esos residuos que se abandonan en plena naturaleza desdeñando los sistemas organizados para su recuperación, constituye todavía un problema para nuestra sociedad. No sólo generan suciedad y degradan el entorno, sino que comprometen el medio ambiente y deterioran el derecho de los ciudadanos a disfrutar de un paisaje limpio.
Cuando abandonamos de cualquier forma las basuras que producimos en nuestros viajes, de vacaciones, en excursiones, practicando deporte, en eventos al aire libre o simplemente paseando, estamos agrediendo a la naturaleza, a los demás y a nosotros mismos.
La limpieza de los pueblos y ciudades, así como la de los caminos y carreteras, de las playas, de los montes, de los ríos y de todos los espacios naturales, contribuye a la calidad de vida de una comunidad, pero también revela el grado de educación y de civilización de sus ciudadanos.
La lucha contra el vertido incontrolado es, por tanto, un desafío para toda la sociedad. Erradicar las conductas que provocan esta actitud de descuido, indiferencia o, en el peor de los casos, de comportamiento antisocial, nos compete a todos. Porque la causa última del vertido incontrolado son las gentes y sólo las gentes pueden evitarlo. Ni los costosos sistemas de limpieza urbana, ni los mucho más escasos y difíciles de limpieza de los espacios naturales sirven de mucho si no estamos dispuestos a utilizarlos debidamente: el vertido incontrolado es un problema, desagradable y costoso de gestionar, pero es mucho más grave el hecho de provocarlo por falta de educación cívica.
La Asociación Paisaje Limpio, creada por un grupo de entidades preocupadas por la necesidad de conseguir y mantener un entorno limpio, y abierta a todos los que deseen contribuir a este fin, tiene como principal propósito fundacional el contribuir a la información y a la educación de nuestra sociedad en el problema del vertido incontrolado.