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Todos los ciudadanos somos responsables de mantener limpio nuestro país y todos estamos involucrados en la tarea de prevenir y evitar el abandono indebido de nuestras basuras.


 

Sin embargo, pueden definirse tres tipos de comportamiento:

 

El de los ciudadanos conscientes de su responsabilidad cívica, que en todos los casos gestionarán adecuadamente los residuos que generan. Si no disponen de papeleras o contenedores a mano, conservarán los residuos hasta encontrar dónde depositarlos. Y ese comportamiento será el mismo, tanto si se encuentran en su lugar habitual de residencia como si están de vacaciones o de viaje. Se trata, además, de personas que educarán a sus hijos con la debida corrección en cuanto a su comportamiento cívico en esta cuestión.
El de los ciudadanos que no tienen una disciplina firme ni una conciencia sólida de su responsabilidad para con los demás y para con su entorno. No se trata de personas que generen problemas de desechos incontrolados por mala fe, sino por comodidad: si no encuentran a su disposición inmediata los medios para deshacerse correctamente de sus residuos, no tiene particular remordimiento en abandonarlos en cualquier parte. En cambio, aprovechan dichos medios si los tienen a mano.
El de los ciudadanos recalcitrantes a cualquier adaptación a modos de convivencia civilizados. Son aquellos que vacían sin pudor el cenicero del automóvil por la ventanilla, que desdeñan las papeleras, y que consideran natural abandonar todos los residuos generados allí donde han consumido los productos o donde les resulta más cómodo. Mantienen una actitud de total indiferencia ante los esfuerzos de quienes se comportan adecuadamente e ignoran los medios puestos a su disposición para la gestión adecuada de los residuos. Como es obvio, no se preocuparán en formar como es debido a la siguiente generación.

No existe un prototipo del generador de residuos incontrolados. Se ha visto a gente de todas las edades y condición social arrojando basura indiscriminadamente: niños, jóvenes, ancianos, hombres o mujeres. Desde el adolescente que tira una botella o una lata vacía al respetable adulto que vacía el cenicero por la ventanilla de su coche.

 

Siendo esto cierto, también lo es que existen algunas actividades o actitudes favorecedoras del vertido incontrolado:
flor  Los ciclistas o peatones que no utilizan las papeleras o no llevan bolsas para conservar sus residuos.
flor  Los conductores que usan las carreteras como vertederos.
flor  Los camiones con carga que no están debidamente cubiertos.
flor  Las zonas de ocio con insuficiente dotación de contenedores para depositar los residuos.

 

Algunas de las causas que ocasionan los comportamientos indebidos son las siguientes:
flor  Falta de sentimiento de propiedad sobre los espacios públicos, incluso sobre bosques y playas. “No son míos, luego no me preocupo por su estado”.
flor  Convicción de que no importa ensuciar porque ya habrá quien lo limpie. “Eso es cosa del Ayuntamiento”.
flor  Si ya hay suciedad, un poco más no empeora la situación. “Qué más da tirar mi basura si ya hay mucha”.